"El Mundo está en las manos de aquellos que tienen el coraje de soñar y correr el riesgo de vivir sus sueños" Paulo Cohelo.


jueves, 21 de octubre de 2010

envidia sana...

[ya que todavía no soy capaz de escribir con tanta inspiración, no puedo hacer más que rendirme ante palabras tan bien enlazadas, sentimientos tan bien expresados y sensaciones catalizadoras de sonrisas... ]

Antes que nada, perdona si huele un poco a cerrado, hacía mucho tiempo que nadie se alojaba aquí, y menos aún con la intención de quedarse. Ábreme bien de puertas y ventanas. Que corra el aire, que entre tu luz, que pinten algo los colores, que a este azul se le suba el rojo, que hoy nos vamos a poner moraos.

Y hablando de ponerse, vete poniendo cómoda, que estás en tu casa. Yo, por mi parte, lo he dejado todo dispuesto para que no quieras mudarte ya más.

Puedes dejar tus cosas aquí, entre los años que te busqué y los que te pienso seguir encontrando. Los primeros están llenos de errores, los segundos, teñidos de ganas de no equivocarme otra vez.

El espacio es tan acogedor como me permite mi honestidad. Ni muy pequeño como para sentirse incómodo, ni demasiado grande como para meter mentiras.

Mis recuerdos, los dejé todos esparcidos por ahí, en cajas de zapatos gastados y cansados de merodear por vidas ajenas. No pises aún, que está fregado con lágrimas recientes, y podrías resbalar. Yo te aviso.

El interruptor general de corriente está conectado a cada una de tus sonrisas. Intenta administrarlas bien y no reírte demasiado a carcajadas, no vayas a fundirlo de sopetón.

No sé si te lo había comentado antes, pero la estufa la pones tú.

Y hablando del tema, he intentado que la temperatura del agua siempre estuviera a tu gusto, pero si de vez en cuando notas un jarro de agua fría, eso es que se me ha ido la mano con el calentador. Sal y vuelve a entrar pasados unos minutos. Discúlpame si es la única solución, es lo que tenemos los de la vieja escuela, que a estas alturas ya no nos fabrican ni los recambios.

Tampoco acaba de funcionarme bien la lavadora. Hay cosas del pasado que necesitarán más de un lavado, es inevitable. Y hay cosas del futuro que, como es normal, se acabarán gastando de tanto lavarlas. La recomendación, ensuciarse a su ritmo y en su grado justo. Eso sí, no te preocupes por lo que pase con las sábanas, que las mías lo aguantan todo.

Para a acabar, te he deja do un baño de princesa, una cama de bella durmiente, un sofá de puta de lujo y algo de pollo hecho en la nevera. Para que los disfrutes a tu gusto, eso sí, siempre que sigas reservando el derecho de admisión.

Aquí no vienes a rendir cuentas, sino a rendirte tú. Aquí no vienes a competir con nadie, sino a compartirte a mí. Y lo de dar explicaciones, déjalo para el señor Stevenson.

El resto, no sé, supongo que está todo por hacer. Encontrarás que sobra algún tabique emocional, que falta alguna neurona por amueblar, y que echas de menos, sobre todo al principio, alguna reforma en fachada y estructura.

Dime que tienes toda la vida, y voy pidiendo presupuestos.

Dime que intentaremos toda una vida e iré encofrando mis nunca más.

R.M

sábado, 25 de septiembre de 2010

...un anhelo...

...una sonrisa...

...una mirada...

...me pierdo cada vez que nuestras miradas se cruzan, desaparece el aire, se estremece mi pecho, me pierdo en ti...y tú me regalas cada día algo que yo nunca me podria regalar de la misma manera, algo que no entiendo, pero sin lo que no puedo vivir, me regalas una sonrisa, esa sonrisa, tan furtiva siempre, que sin darme cuenta aparece en mi cara y que al descubrirla, crece inevitablemente.
Y soy entonces, como esa niña con un caramelo nuevo, que no quiere esconderlo al mundo, pero que al mismo tiempo, no quiere compartilo, pues sabe que en la complicidad está la belleza que tanto anhelamos...

lunes, 6 de septiembre de 2010

Dicen que en este mundo no hay sitio para los dos, que tú y yo no podemos convivir, que no tiene sentido que yo esté aqui si tú ya existes.

Pero yo no estoy de acuerdo, somos como como el ying y el yang, pues cada vez que vos triunfa, en alguna otra parte de este planeta yo resurjo con más fuerza, dispuesta a combartirte.
Siempre habrá quién se ponga de tu parte e intente debilitarme con guerras, hambre y muerte. Pero no podrán conmigo mientras viva en el corazón de cada niño.


Y es que, siento decirte, compañero, que tienes las de perder, pues está, en la naturaleza del ser humano, desechar de sus recuerdos todo lo oscuro ya vivido.
De manera, que al mirar atrás, solo se acordarán de mi, de la ilusión que les hizo estremecer en cada gran momento de sus vidas, dejándote a ti, desolación, en un abismo frio y oscuro.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

...

La pequeña niña no sabia lo que el futuro le deparaba, mientras jugaba en los columpios, se sentia la personita más poderosa del mundo, era capaz de alcanzar en sol, suspendida en lo más alto, con la punta de los pies, ese instante en que el columpio se paraba, y sentia la gravedad cero dentro de ella, queria saltar y salir volando, pero algo le ataba, era incapaz de soltar sus frágiles manos de la cadena fria y áspera y no llegaba a entender porqué.
Quizás no fuera tan valiente como creia, ni tan especial como se sentía, NO, no podia ser eso, y cada día lo intentaba, subida al columpio, sintiendo la ilusión crecer dentro de ella a medida que se elevaba en el cielo.


...día tras día....


...año tras año...


...hasta caer en el olvido aquel recuerdo...


...y de pronto, la pequeña niña se habia convertido en una mujercita, con responsabilidades y reglas sociales, cuando, de repente, caminando sin destino alguno, apareció ante sus ojos ese viejo columpio, y al verlo, la pequeña niña, lo entendió todo, no era ella la que carecia de valentia, ni la falta de ilusión, era el mundo, la sociedad, la que desde bien temprano habia empezado a mermar su capacidad creativa, su imaginación.

Pero ya no era esa niña, y de pie frente al columpió decidió que solo ella marcaría sus límites, pues nunca era tarde para andar lo atrasado.
Y allí, en ese parque en el que todavía se respiraba la risa de los niños pero que ahora estaba desierto, encontró el valor que habia estado perdido durante tanto tiempo, y subida en el columpio cogió fuerza como nunca antes lo habia hecho, notando mientras subia, como de nuevo aparecia la ilusión de antaño, pero diferente esta vez, pues al llegar a lo más alto, al quedarse suspendida rozando el sol con los pies, entendió que era el momento, el momento de saltar, de volar,de imaginar...

miércoles, 14 de julio de 2010

...todo sea por lo que vendrá...


Caminas día y noche, andas el camino, te dices a ti mism@, “todo sea por lo que vendrá” y sigues caminando, un paso tras otro, primero un pie, luego el otro. Y pasas por lugares extraordinarios, praderas verdes y rojas llenas de amapolas, cascadas de agua cristalina y prados inmensos, pero no puedes parar, debes caminar hasta llegar a tú destino.
Tan siquiera te das cuenta de la vida que hay a tú alrededor, porque te repites a ti mism@, una y otra vez, “todo sea por lo que llegará”, y continuas caminando.

Hasta que un día, exaust@, tropiezas con una pequeña piedra, y de repente, al levantar la cabeza, dispuest@ a volver a dar el primer paso, se revela ante ti el mundo que no habías podido percibir. La alegría y la vida que te rodeaba y que hasta ese momento no supiste apreciar.

Y es entonces cuando te das cuenta, que el destino no es lo que hay al final del camino, sino lo que hay en cada paso, en cada aliento.

martes, 5 de enero de 2010

Miluji tě

Estas navidades me siento diferente, y no porque haya tenido más o menos regalos, o porque me haya tocado la lotería, sino porque siento que he evolucionado como persona.

Me noto diferente, y eso se nota a mí alrededor, no quiero decir con esto que sea la persona más feliz del mundo, pues estas navidades han sido unas de las más difíciles y dolorosas. Lo que intento decir, sin saber muy bien que palabras usar, es que me siento más realizada, y parte de la culpa, la tiene la gente que me rodea.

Son tantas las cosas que me han hecho cambiar en pocos días…y tantos los aspectos de mi que siento diferentes…

Por una parte, ha estado ese ingrediente amargo, el tener enfermo y triste a un ser querido nunca es fácil, y menos en estas fechas. Recuerdo como la semana pasada fue realmente mala, y es que, mi exceso de empatía y sensibilidad me hacen casi vulnerable ante estas situaciones. Te sientes tan impotente cuando no puedes mejorar la vida de aquellas personas que amas, que las ganas de salir corriendo se apoderan de ti, pero tu amor por ellos es demasiado fuerte y tu instinto de superación te ayuda a afrontarlo.

Claro…que también ayuda la gente que te rodea, y parte de esa gente es la que hoy me ha inspirado a escribir:

Desde esa amiga a kms de distancia, que sabes que, con unas pocas palabras será capaz de animarte, pues comparte tu empatía y tu forma de pensar; a unas risas con una llamada inesperada; o la familia, hasta llegar a los amigos de toda la vida que sabes que nunca te fallarán.

Y sobre una de esas amigas quería hablar, pues siento, sin saber muy bien cómo, que está ahora más cerca que nunca, aun habiéndose pasado los últimos meses a unos cuantos países de distancia…

Siempre he sabido que era una amiga digna de tal nombre, pero por razones que se les escapan incluso al mejor antropólogo, no me había sentido tan unida a ella como en estos días. Siempre había sentido dentro de mi alguna contradicción que hacía que no me sintiera, en ciertos momentos, tan a gusto con ella como con otra gente, pero esos momentos, de repente, han desaparecido.

Puede que hayan ayudados sus gestos cariñosos, o que,algo en ella haya cambiado, quizás el viaje le ha hecho…..más que madurar…complementarse un poco más. Aunque también estoy segura, que la que ha madurado he sido yo, mis prontos desaparecen con el tiempo, y ese carácter, que me caracteriza, que me personaliza y que tan poca gente entiende, se va controlando.

Sea por la razón que sea, me alegro que haya pasado, no sé si será recíproco, pues solo puedo hablar por mí misma, pero me siento afortunada. Afortunada de toda la gente que hay en mi vida, afortunada de todo lo que me aportan, afortunada, amiga, de tener el privilegio de que estés en mi vida. Porque ahora se, Marina, que una carrera por el aeropuerto merece la pena más de lo que te puedas imaginar.

Miluji tě