"El Mundo está en las manos de aquellos que tienen el coraje de soñar y correr el riesgo de vivir sus sueños" Paulo Cohelo.


sábado, 25 de septiembre de 2010

...un anhelo...

...una sonrisa...

...una mirada...

...me pierdo cada vez que nuestras miradas se cruzan, desaparece el aire, se estremece mi pecho, me pierdo en ti...y tú me regalas cada día algo que yo nunca me podria regalar de la misma manera, algo que no entiendo, pero sin lo que no puedo vivir, me regalas una sonrisa, esa sonrisa, tan furtiva siempre, que sin darme cuenta aparece en mi cara y que al descubrirla, crece inevitablemente.
Y soy entonces, como esa niña con un caramelo nuevo, que no quiere esconderlo al mundo, pero que al mismo tiempo, no quiere compartilo, pues sabe que en la complicidad está la belleza que tanto anhelamos...

lunes, 6 de septiembre de 2010

Dicen que en este mundo no hay sitio para los dos, que tú y yo no podemos convivir, que no tiene sentido que yo esté aqui si tú ya existes.

Pero yo no estoy de acuerdo, somos como como el ying y el yang, pues cada vez que vos triunfa, en alguna otra parte de este planeta yo resurjo con más fuerza, dispuesta a combartirte.
Siempre habrá quién se ponga de tu parte e intente debilitarme con guerras, hambre y muerte. Pero no podrán conmigo mientras viva en el corazón de cada niño.


Y es que, siento decirte, compañero, que tienes las de perder, pues está, en la naturaleza del ser humano, desechar de sus recuerdos todo lo oscuro ya vivido.
De manera, que al mirar atrás, solo se acordarán de mi, de la ilusión que les hizo estremecer en cada gran momento de sus vidas, dejándote a ti, desolación, en un abismo frio y oscuro.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

...

La pequeña niña no sabia lo que el futuro le deparaba, mientras jugaba en los columpios, se sentia la personita más poderosa del mundo, era capaz de alcanzar en sol, suspendida en lo más alto, con la punta de los pies, ese instante en que el columpio se paraba, y sentia la gravedad cero dentro de ella, queria saltar y salir volando, pero algo le ataba, era incapaz de soltar sus frágiles manos de la cadena fria y áspera y no llegaba a entender porqué.
Quizás no fuera tan valiente como creia, ni tan especial como se sentía, NO, no podia ser eso, y cada día lo intentaba, subida al columpio, sintiendo la ilusión crecer dentro de ella a medida que se elevaba en el cielo.


...día tras día....


...año tras año...


...hasta caer en el olvido aquel recuerdo...


...y de pronto, la pequeña niña se habia convertido en una mujercita, con responsabilidades y reglas sociales, cuando, de repente, caminando sin destino alguno, apareció ante sus ojos ese viejo columpio, y al verlo, la pequeña niña, lo entendió todo, no era ella la que carecia de valentia, ni la falta de ilusión, era el mundo, la sociedad, la que desde bien temprano habia empezado a mermar su capacidad creativa, su imaginación.

Pero ya no era esa niña, y de pie frente al columpió decidió que solo ella marcaría sus límites, pues nunca era tarde para andar lo atrasado.
Y allí, en ese parque en el que todavía se respiraba la risa de los niños pero que ahora estaba desierto, encontró el valor que habia estado perdido durante tanto tiempo, y subida en el columpio cogió fuerza como nunca antes lo habia hecho, notando mientras subia, como de nuevo aparecia la ilusión de antaño, pero diferente esta vez, pues al llegar a lo más alto, al quedarse suspendida rozando el sol con los pies, entendió que era el momento, el momento de saltar, de volar,de imaginar...